Como ya expliqué anteriormente, casi nunca hablamos de “tendinitis” o inflamación del tendón, sino de tejido degradado o degenerado que ha invadido nuestro tendón, acumula sustancias neurodolorosas y las suelta en estos gestos que duelen, es decir, TENDINOSIS.
Dentro de las tendinosis rotulianas, podemos distinguir, como en toda tendinosis, la tendinosis hipovascular y la hipervascular (se han formado vasos sanguíneos en el tendón). Un tendón es una estructura prácticamente avascular, por lo que la aparición de neovasos en el tejido degradado del tendón no es normal.
Las tendinosis hipervasculares se relacionan con tendones que tienen mayor riesgo de rotura, entre otras cosas porque suelen poseer mayor porcentaje de tejido degenerado (textura y resistencia mucosa).
La solución a esta fastidiosa lesión pasa, como siempre, por un correcto tratamiento. Un tratamiento que no queda en el centro donde acudes, un tratamiento en el que trabajan Fisioterapeuta y paciente.
En mi Centro, como primera opción, y siempre asociada a un tratamiento durante la sesión muscular y articular, utilizo la EPI. Por supuesto, sin olvidar y dando máxima importancia al trabajo excéntrico, para reorganizar el nuevo tejido.
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